jueves, 8 de julio de 2010

Creía que tenía todo pero no tenía nada, solo miseria y una falsa felicidad que me dabas con tus sonrisas y tus bellas palabras que repetías como un éstereo repite una canción.
Sentía que esto era algo eterno, que contigo nadie me lastimaría y fuiste tú quien terminó haciendolo primero. Ibamos rápido y termine estrellada contra un mural, el mismo en el que nuestros sueños, deseos y recuerdos más profundos yacía vagamente.
Cada latido de nuestros corazones, cada beso, cada abrazo, cada 'te amo' todo estaba depositado en ese mural, ese que juntos habíamos construído, es donde nos apartabamos del resto del mundo por un instante, donde tú eras un principe y yo era una princesa. Ahora estaba roto porque contra él chocamos, ahora era parte de un cementerio de recuerdos que tú jamás visitarías, pero yo quedaría allí atada a los recuerdos de tu pasado, llorándole a las trizas de mi imperfecto mural.

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